Esta película rusa de terror y suspenso recuerda a «Alien» al contar la historia de un astronauta que retorna a la Tierra de un viaje por el espacio trayendo algo supuestamente peligrosísimo adentro suyo. Un saludable y bienvenido ejercicio de horror/ciencia ficción.
AGOSTO 2020
Cuando menos a lo largo de su primera hora, apela más al misterio que a los golpes de efecto. SPUTNIK se sostiene a lo largo de un buen tiempo más cerca de películas como ALIEN o bien de ciertos ejemplos del cine de terror/suspenso de la década del ’70 que de los modelos más actuales.
Desgraciadamente la sutileza no puede sostenerse a lo largo de todo el metraje y ya para su último acto cae en recursos formales y en vueltas de tuerca narrativas entre erradas y previsibles. Mas si uno acomoda sus esperanzas a lo que puede ofrecer el día de hoy una película de género estrenada de manera directa on-line se hallará con una agradable sorpresa.
Hay un detalle esencial en SPUTNIK, y es que es una película rusa, con mucha utilización de modelos narrativos no tan presos de los esquemas hollywoodenses actuales. No hablamos tampoco de un ejemplar de ciencia ficción dura de autor a la forma de los ejemplares de género de Andrei Tarkovsky, mas sí de una película que comprende que la mejor forma de comprometer al espectador con la historia es llevándolo poco a poco, presentándole los personajes y sus circunstancias ya antes de llegar a los efectos y al gore.
La película transcurre en mil novecientos ochenta y tres y arranca con 2 astronautas soviéticos que están retornando a la Tierra de un viaje espacial cuando padecen un aparente accidente que no vemos bien. Nos enteramos que algo grave pasó por el hecho de que cuando la cápsula cae en Kazajstán solo uno de ellos sale vivo y bastante lastimado.
Paralelamente, SPUTNIK nos presenta a Tatyana , una psicóloga que es cuestionada en la ciudad de Moscú por los métodos arriesgados y poco usuales que emplea en su trabajo. Esta mujer dura, seria y muy decidida pronto es «invitada» por el severo oficial Semiradov a cooperar con la investigación del caso del astronauta.
Este no recuerda nada de lo que pasó en su regreso al planeta. La mujer va, un tanto a duras penas, con la pretensión de dar su diagnóstico y volverse a Moscú y se halla con que el tal Kostya no es tan predecible como suponía. No solo no consiguen hipnotizarlo sino que a ella misma le resulta bastante difícil «leerlo».
Origen: Estrenos online: crítica de “Sputnik”, de Egor Abramenko – Micropsia