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Hace no mucho tiempo, durante el WWDC 2023, Apple desveló su innovador y ambicioso producto: los Vision Pro, que marcó su entrada al mercado de la realidad mixta tras años de retrasos. Los Vision Pro, tanto en términos técnicos como de diseño industrial, presentaban un sorprendente conjunto de hardware cuya promesa de software y rendimiento general deslumbró a muchos. Sin embargo, lo que frenó a muchos entusiastas de la tecnología fue su alto precio.
El Vision Pro se anunció con un precio de 3,499 dólares, casi tres veces más que el costo de un iPhone 14 Pro Max, basado en su precio de venta de 1,099 dólares en la Apple Store. Esta cifra era alarmante, especialmente considerando las críticas constantes que los dispositivos de Apple han recibido por sus elevados precios.
Por supuesto, el Vision Pro no era el dispositivo más caro de Apple. Teníamos, por ejemplo, la nueva Mac Pro con procesador M2 Ultra que comenzaba en unos exorbitantes 6,999 dólares, o la más “accesible” Mac Studio de configuración mayor por 3,999 dólares. Aunque había un mercado que necesitaba ese nivel de potencia, para el mercado relativamente nuevo de la realidad mixta/aumentada, y siendo un producto totalmente nuevo, el Vision Pro enfrentaba su obstáculo más difícil en su propio precio.
El Vision Pro, por su precio de 3,499 dólares, ofrecía la misma potencia que la MacBook Air de 2022 con el chip M2, el nuevo procesador R1, y un sorprendente conjunto de sensores y cámaras para ofrecer una experiencia inmersiva. Su diseño reflejaba claramente años de intenso desarrollo por parte de Apple. Además de ser potentes, los Vision Pro eran elegantes y claramente un producto Apple.
La nueva experiencia de XR que ofrecía Vision Pro fue uno de sus puntos de venta más destacados. Prometía videoconferencias, presentaciones y otras tareas en pantallas más allá de 4K para cada ojo, la capacidad de abrir aplicaciones con solo posar la mirada sobre sus íconos, y la navegación entre aplicaciones con simples gestos de las manos. Pero, con su precio de 3,499 dólares, estos beneficios prometidos presentaban un reto considerable en términos de desarrollo de software.
No había duda de que Apple Vision Pro iba a venderse, y de hecho, se vendió a un selecto grupo de entusiastas de la tecnología y el mercado empresarial con el poder adquisitivo suficiente para probar un producto de primera generación tan ambicioso. Sin embargo, tomó varios años y generaciones para que Vision Pro fuera rentable para Apple, y para que avanzara lo suficientemente para abaratar sus costos y hacerlo más accesible para el mercado común.
A pesar de todo, Apple no hubiera lanzado Vision Pro si no tuviera un plan muy bien elaborado para su nuevo producto, el mayor lanzamiento desde el iPhone. Al final del día, si hay algo que debemos reconocer de Apple, es que sabe cómo hacer dinero y triunfar en categorías que ya existían, como los auriculares, las tablets y los relojes inteligentes, a pesar de las constantes críticas y detractores.
Los grandes interrogantes que quedaban eran cuánto tiempo le tomaría a Apple y cuáles serían los siguientes pasos de su plan para explotar el mercado de la realidad aumentada/mixta y sus gafas para aprovecharla. ¿Estaba el futuro en nuestras manos o en nuestras caras con el nuevo Apple Vision Pro?”
