Elementos básicos que debes considerar para el reparto de utilidades este 2022, Luis Diez de Bonilla nos explica.
La constitución mexicana de 1917 fue la primera en el mundo en incorporar derechos sociales, de hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) retomó ese precepto para su conformación en 1919. En este país las relaciones laborales están reguladas por el artículo 123 de la constitución y por dos leyes: una que rige el sector privado siendo la LFT y otra para el sector público siendo la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.
Por el contrario, la legislación laboral por excelencia, la Ley Federal del Trabajo responde a un país posrevolucionario que intentaba atraer inversión extranjera y que permitió la injerencia de empresarios mexicanos y estadounidenses para la redacción de la LFT, según el historiador William Suárez-Potts. En 1916, la propuesta del presidente Venustiano Carranza en materia laboral apenas hablaba de la libertad de trabajo, pero al final en 1917, Carranza reconoció el derecho a huelga y a la organización, fue entonces que se crearon las juntas locales de conciliación y arbitraje para interceder en los posibles conflictos laborales y al estar adscritas al Poder Ejecutivo, los gobiernos estatales tenían todo el control.
En 1917 el presidente Plutarco Elías Calles promulgó un decreto para crear la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, buscando atraer los asuntos nacionales para no perder poder, pues era necesario tener más regulados los Derechos Laborales. La presión ejercida por empresas del ámbito industrial lo apremiaba para crear una ley reglamentaria del artículo 123 constitucional. Es así como en 1929 el presidente interino Emilio Portes GIl propuso un código federal de trabajo, el cual fue rechazado por grandes empresarios como Henry Ford, quien amenazó con retirarse de México y no hacer más inversiones.
