Las naciones Unidas lanzan un Programa de análisis sobre la desinformación de COVID-19 en la República Dominicana. Santo Domingo.
Con el lanzamiento de esta iniciativa se busca analizar conceptos erróneos sobre el COVID-19 y de las percepciones de problemas sociales relacionados, que serán identificados por inteligencia artificial para aprendizaje automático. Se hará a través de publicaciones de texto y se determinará como evaluará la confiabilidad de la información divulgada en los medios. Todo ello a cargo de citibeats, inteligencia artificial etica.
La desinformación representa una amenaza para las reacciones nacionales al COVID-19 y puede socavar la confianza pública en los gobiernos. COVID-19, es la clave para “asegurar el acceso preciso y oportuno a la información en todas las etapas de la crisis y permitir una participación significativa de las poblaciones afectadas en el decisión sobre COVID-19 “.
Es necesario contar con datos de referencia sobre el ecosistema de la información y cómo se relaciona con las percepciones y acciones del público sobre la desinformación en República Dominicana.
Ante esta urgencia, estas organizaciones han decidido impulsar iniciativas de desarrollo de capacidades dirigidas a potenciar las habilidades de las poblaciones vulnerables para encontrar e identificar fuentes de información de confianza en República Dominicana, para identificar acciones de difusión claras y verificadas que ayuden a tomar mejores decisiones.
Y es que debido a la crisis del COVID-19, nos enfrentamos a un contexto complejo de incertidumbre, y se van generando mensajes mixtos en cuanto a métricas, medidas limitadas para prevenir propagación de enfermedades, tratamientos y acciones gubernamentales para combatir la crisis socioeconómica.
En este contexto, las redes sociales y los medios digitales son cada vez más diversos con brechas regulatorias que contribuyen a la desinformación, afectando especialmente a quienes tienen poco conocimiento digital. Estos y estas pueden depender de información falsa y no verificada.
Esto subraya la urgencia de tomar acciones decisivas sobre la desinformación como una prioridad para una recuperación socioeconómica efectiva y sostenible. Y es ahí donde el mencionado Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y el proyecto Citibeats, una plataforma de inteligencia artificial ética centrada en el análisis de datos sociales, entran, anunciando alianzas para limitar la información y las desviaciones sobre COVID-19 en República Dominicana.
Podríamos decir que la iniciativa se lanza para analizar los conceptos erróneos del público sobre COVID-19 y las percepciones de los problemas sociales relacionados, identificados a través del aprendizaje automático de inteligencia artificial basado en publicaciones. Por eso se apunta a que se identificará y evaluará la confiabilidad de la información divulgada en los medios.
La desinformación representa una amenaza para las reacciones nacionales al COVID-19 y puede socavar la confianza pública en los gobiernos. Bajo el marco de respuesta de las Naciones Unidas al COVID-19, es importante “asegurar el acceso preciso y oportuno a la información en todas las etapas de la crisis y permitir que las poblaciones sufran de influencia en las decisiones que se tomen al respecto”.
Por lo tanto, se necesitan datos de referencia sobre el ecosistema de información y cómo se relaciona con la acción y la percepción pública de la desinformación. Esta es la urgencia, y estas las organizaciones que han decidido impulsar las adecuadas iniciativas de desarrollo de capacidades destinadas a potenciar la capacidad de los grupos vulnerables para encontrar e identificar recursos. c
El primer paso será este análisis, que proporcionará una visión basada en la evidencia del panorama de la desinformación en la República Dominicana, que luego se utilizará para identificar prácticas más claras y bien conocidas.
Todos y todas sabemos que debido a la crisis del COVID-19, nos enfrentamos a situaciones complejas que generan incertidumbre, y se generan mensajes contradictorios en las estadísticas, y medidas limitadas para prevenir propagación de enfermedades, tratamientos y acciones gubernamentales para combatir la crisis socioeconómica.
En este panorama, debemos ser cautos con los medios digitales y las redes sociales, cada vez más diversos y con brechas regulatorias, que a menudo contribuyen a la desinformación. Lo digital es limitado y quién puede depender de información falsa y no verificada puede tener un grave problema. Por ello la urgencia de tomar acciones decisivas contra la desinformación y lograr una recuperación socioeconómica efectiva y sostenible.