Son dos modelos muy diferentes. Tras el optimismo inicial en torno a las posibilidades de la economía colaborativa, ahora son muchos quienes apuntan que las repercusiones del nuevo modelo no son tan positivas. Los resultados de un análisis encargado por la OCU en 2016 arrojan dudas razonables: ¿es realmente consumo colaborativo? ¿es cooperación o bien solo negocio?
Estudian de qué manera funcionaban estas webs y ven que la enorme mayoría, sobre todo las más grandes y también esenciales, estaban realmente bien diseñadas para satisfacer una necesidad individual del consumidor, mas no tenían una dimensión colaborativa, social o bien cooperativa.
Empresas con inversiones millonarias de fondos de capital riesgo copian modelos colaborativos surgidos desde abajo y sin ánimo de lucro. Pero si es solo un nuevo modelo de economía, ¿de dónde viene entonces el apellido colaborativa? Todo parece indicar que se remonta a un libro publicado en dos mil diez. Los autores, que hoy trabajan para fondos de capital riesgo hacían una suerte de justificación teorética y también ideológica de este comercio.
Si tu también te preguntas sobre esto, nos cuentan más cosas en: Cuando el capitalismo radical se disfraza de economía colaborativa | Diario Público