En la red se está hablando mucho de turismo, del alquiler de viviendas y de su uso como “establecimientos” turísticos. Hay comunidades autónomas que ya han regulado este fenómeno, que aunque se quiera decir lo contrario, no es nuevo. Otras comunidades están en ello. En los Cursos de Inmobiliaria se analizan datos y hechos.
La polémica permanece abierta pues las cadenas hoteleras acusan a particulares de haberse convertido en una peligrosa competencia “desleal” para ellos. Lo cierto es que les están “comiendo” una buena parte de la “tarta”. Pero ¿No tienen derecho las familias a un ingreso extra, sobre todo en tiempos de crisis? Si además entendemos que las grandes empresas no son capaces de dar respuesta a la enorme falta de empleo, la respuesta a mi me parece evidente. Creo que es justo que las familias tengan la oportunidad de obtener unos ingresos que les ayuden en su maltrecha economía.
Es mucha la gente que opta por pasar sus vacaciones en pisos y viviendas particulares. Y los hoteles tradicionales ven que desaparece una parte importante de su negocio.
El Alquiler de viviendas, es en toda España, una opción, casi la única, que tienen muchos ciudadanos de poder acceder a la vivienda. Los precios bajaron sensiblemente y se adaptaron a la bajada de los salarios. Cuando un sueldo de mil euros era considerado muy bajo podrían tener cierta lógica alquileres de seiscientos euros, pero la realidad de hoy, con un paro monumental y sueldos precarios que no sobrepasan, en muchos casos los 800 euros, parece razonable que la media de los precios de las viviendas de alquiler estén en torno a los 300 o 350 euros como opción razonable.
Pero no, en 2016 ya han comenzado a subir otra vez y no parece fácil encontrar un alquiler por menos de 400 euros. Y los sueldos de quienes trabajan han bajado y mucho. Y aunque aumentan los empleos, ultra-temporales y ultra-precarios, no aumentan sino que disminuye el número total de las personas que trabajan en España. Son muchos los que se han marchado.
Hay portales de vivienda, como ServiHabitat, con una enorme oferta de viviendas en alquiler, en todas las provincias de España. Pisos y viviendas, muchas de ellas procedentes del stock de los bancos. Hay dónde elegir. Pero el tema del que más se está hablando es de cómo los pisos particulares están entrando con fuerza en el mercado turístico y de si es legal o no, y si es competencia desleal o no.
11.193 hoteles y 8.204 hostales tiene adscritos un famoso portal de reservas vacacionales, y aún así, estos solo representan un 13% del inventario actual de casas y apartamentos particulares que se alquilan a través de ese mismo portal. Algunos, los del sector, se están quejando amargamente del hecho cierto de que las viviendas “vacacionales” estén arrollando a los hoteles en España.
La proporción real de anunciantes es de 37 alquileres vacacionales frente a 42 hoteles y hostales. Pero en destinos urbanos como puedan ser Madrid, Barcelona o Valencia, la proporción es de un 91%, frente a un 432%.
En este debate todos llevan algo de razón. A mi juicio, el problema surge por la incapacidad de la administración española para gravar justamente a cada cual, para que nadie se quede fuera del “marco legal”.
No permitir que las familias puedan conseguir un dinero extra con el que sortear sus dificultades me parece de lo más injusto. Pero también es verdad que se debería garantizar que todos contribuyen con proporcionalidad en cuanto a impuestos y se someten a obligaciones que garanticen que no se ejerce competencia desleal ni por parte de los grandes ni tampoco de los pequeños o particulares.
Creo que flexibilizar el sistema impositivo para permitir que los pequeños tributen de forma ajustada a las pequeñas dimensiones de “su negocio” es la solución. Obviamente no se trata de que alguien que obtiene doscientos euros por alquilar una habitación de su casa tenga que hacerse autónomo, que le cuesta más, pero sí que pague el IVA correspondiente y se someta a una serie de obligaciones que garanticen el bienestar y la seguridad de todos.
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